Desde
siempre lo sabías
Pero te
negabas a decírmelo
Yo
también me negué
Y
seguimos jugando
A que el
tiempo no tenía final
A que la
muerte con su tridente
Terminaría
por desistir
A que la
muerte anoréxica
Terminaría
sus días
Lejos de
nosotros
A que la
muerte en su palidez agonizante
No se
impondría a la vida
A los
pájaros que habitaban los únicos árboles
Al azul
del cielo
Que
oscureció de pronto una tarde
Somos los
eternos sobrevivientes
De ese
presagio infernal
Que
caería sobre las ciudades
Eso se
dijeron sin palabras
No eran
necesarias para entenderse
Él partió
sin ningún asombro
La última
mujer se dio al dolor
Ella
también desapareció
Era sólo
cuestión de tiempo
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