domingo, 13 de mayo de 2012

Demiurgos de la noche


Un secreto temor
Me inspira la muerte
Con su pálido rostro
Un secreto temor de que muera el hombre
Centellear de sueños cósmicos
De demiurgos
Hechiceros y milagreros
Temor de que dejen de existir
Porque el olvido mata
Un secreto temor
De que sea arrebatado
El universo Mágico
Mítico
Mueren en el hombre
Sueños vertiginosos
Noches de luna delirante
En la finitud de unos ojos eternos
El fuego de los dioses se apaga
Mi memoria anónima
Fenece
Fenece la memoria de los ancestros
El rastreo computarizado de la historia
Marca la bitácora de los sueños
En los que se exalta el confort
De los días sedentarios
Y afuera muere el hombre
Queda desnudo su ser
Sólo carne que envejece y olvida
Sólo una máquina
Registrará la hecatombe
Una voz clonada
Tal vez anuncie con el tiempo
La existencia
De los últimos demiurgos de la noche

El último sobreviviente


Rompe en tempestad el cielo
Y en su tamboreo nocturno
Mis colmillos afilados brillan
En medio de aullidos apagados
Los niños no cantan
Juguemos en el bosque
Mientras el lobo no está
Les da vergüenza
O prefieren que su vértigo
Llegue al máximo
Mientras sus ojos desorbitados
Mueren en carreras virtuales de autos
O realizando sus fantasías mercenarias
Capaces de misiones excitantes
En medio de mis aullidos apagados
Estoy seguro
Que nadie volverá a retarme

Nadie contestará
Al coro de los niños
Hemos muerto en la guerra
A las caperucitas
No hay quien les caliente la cama
En las noches frías
Tampoco a las abuelas
Eso deseo en mi ser
De viejo lobo                           
Que sobrevive

Destino


Mi verdadera patria
Es este desgarrado territorio
Que conoces de sobra
Sobre el que has derramado
Miel y sal
Sobre el que has levantado
Muros de indiferencia
Suplicios inocentes
Y tardes púrpuras
Mi verdadera patria
Es creación
Que a diario se consume
Con el sufrimiento
Con los infiernos solitarios
Que me guardo
Con las dulces entregas imposibles
Mi verdadera patria
Tiene vuelo de águila
Donde mis compañeros de viaje
Son los lestrigones
Los cíclopes
Y el feroz Poseidón
Mi verdadera patria
No se conforma
Con las pequeñas batallas conquistadas
Porque mi verdadera patria
La quisiera como Cavafys a su Ítaca