Ante la palabra
comunas, cada quien construye imaginarios, pregunta, se responde, guarda
silencio, muchos son ajenos a ese palpitar de la ciudad que despierta tímida
entre el verde de las montañas. Ver desde la Comuna ocho, desde el colegio
Joaquín Vallejo, la ciudad de Medellín, llena de edificios, no deja de ser un
contraste de habitantes, de viviendas, de oportunidades. Dos ciudades se erigen
rebeldes en medio de alegrías y llanto; llenas de contradicciones y esperanza,
de violencias que se adormecen y despiertan.
Y es en pleno corazón
de las comunas, donde las mujeres, a pesar de los mismos encuentros y
desencuentros, de las mismas palabras y certezas, intentan salir del laberinto
y unir puntos, entrelazar hilos de ese tejido colectivo que apenas inician,
movilizándose en torno a su propio crecimiento. Ellas privilegian algunos
senderos como el del estudio, aprender a leer y escribir, terminar su
bachillerato, invocar historias, tiempos, espacios, que se multiplican,
experiencias duras, otras bellas; quiebres de principios y finales que las
hacen habitantes de las comunas. Caminos que se abren o se cierran, caminos en
los que se tejen redes de compañerismo. Para ellas el programa de educación La escuela busca a la mujer adulta, y que
se desarrolla en las comunas 4, 6, 8, 60 y 70 de Medellín, que lidera la Corporación
Cedecis, les ha brindado momentos de alegría, porque pueden compartir con otras
mujeres un interés común que aguardan semanalmente, a falta de instalaciones deportivas y culturales adecuadas, para el sano esparcimiento de todos sus
habitantes.
Tuve la oportunidad de
trabajar con estas mujeres en asesorías psicológicas y de leerles poesía a más
de 250 mujeres en la Comuna ocho. Ellas tenían un acercamiento a la escritura
como una manera de resignificar el cuerpo y sus experiencias a través del
programa La letra con amor fluye,
liderado por la poeta, lamentablemente fallecida, Piedad Morales.
A finales del 2013 se
estaba realizando un encuentro de Edita en el municipio de Envigado, me atreví
a invitar a dos poetas españoles: Uberto Stabile e Inma Luna, para que les leyeran su poesía a
estas mujeres. Les aseguré que pocas veces uno se encuentra con un público tan
maravilloso a la hora de hacer una lectura. Me constaba, y ellos creyeron en lo
que les decía.
Yo estaba convencida de
que iba ser un encuentro afortunado para las mujeres de la Comuna ocho como
para los poetas. Porque cuando la escritura explora ese mundo subterráneo de
extravíos y dudas, de alegrías y angustias, siempre los hombres y mujeres estarán
dispuestos a escuchar eso que resuena del otro y se hace propio. Ernesto Sábato
en el Escritor y sus fantasmas va a
hacer referencia a Dostoievski y va argumentar que cualquier tipo de arte, que
devele el yo, conmueve el corazón de los hombres, los desnuda, los pone en
evidencia. El arte, va a proseguir él, exorciza los demonios enclaustrados en
el abismo para hacer catártico ese momento de impotencia que se retrata y va más allá, agregando que en las
obsesiones, parecidas a la de los lectores, vivifica sus desvaríos.
Ellos llegaron complacidos, y el asombro no se hizo esperar. Estas mujeres, entre 16 y 60 años,
no apartaron los ojos de los poetas, veían sus vidas reflejadas en los poemas,
esas eran sus vidas, trenzadas por otras manos, como si no supieran que ellas
mismas podían tejer en su propia rueca los sueños. Ni un suspiro se escuchaba
mientras ellos leían. Algunas leyeron sus poemas, unas se atrevieron a
preguntar, otras pidieron la dirección de Facebook y en dónde podían conseguir
sus libros.
Después de la lectura,
los poetas se miraban conmovidos, porque ellas querían dejarlos con ellas,
pedían que continuaran la lectura. Para ellas fue un momento de catarsis. El
nombrarse dolores y desgarramientos interiores, hizo que la emoción se tomara
el improvisado escenario de un aula de clase; se tuvieron que conformar dos
grupos, dos lecturas. Ellos no esperaban un público tan genuino y especial. A
partir de aquí se nos hizo urgente un derrotero que no se quedara solo en esa
lectura. Nos urgía pensar en una propuesta permanente. Entonces, Uberto Stabile
me propuso hacer una convocatoria a nivel mundial, de solidaridad con estas
mujeres, para que les llegara una postal, por eso, hemos denominado este
proyecto Arte correo Medellín.
Queremos que desde
todas partes del mundo les lleguen mensajes de solidaridad a estas mujeres, animándolas en su
deseo de aprender a leer y escribir, terminar su bachillerato y aspirar, luego,
a la capacitación en algún oficio.
Ya nos están llegando
postales, sigamos participando, y extendiendo la convocatoria que hemos anexado
al final. Igualmente, es importante que manden una pequeña biografía, una foto,
pues se publicarán algunas de las postales en el blog.
María Helena Giraldo González
La convocatoria también la pueden encontrar en el
blog de:
Ubertostabile.blogspot.com
artecorreomedellin.blogspot.com