martes, 10 de abril de 2012

Miguel Hernández

Tierra que se abre a la vida
Es Miguel Hernández
Pastor de cabras
Pastor de alpargatas
Y pantalón campesino
Silvestre en su ser de grandeza
En su timidez de campesino
Su escritura terrestre
Retrata los horizontes de la ciudad natal
Orihuela
Adornada de cabras
Y naranjos en flor
Miguel Hernández
Sus ojos hijos de España
Retratan memorias que lo suceden
Memorias
Que evocan en suspiros poéticos
La piel sangrante de España
Transcribe en sus versos
Auroras y ocasos
Vividos en la pequeña Orihuela 
Y en la España de los tiempos de guerra

Para siempre

Esta ciudad que me amarra
Tiene los nombres
De las ciudades latinas
Llenas de mares y selvas
De misterios aborígenes
Y modernidad delirante
Esta ciudad que me amarra
Me recuerda
El chontaduro y la guanábana
Los dientes pétreos
Como los arrecifes
Las  tardes de las ciudades costeras
El olor que me persigue
Y me hace tuya
Esta ciudad que me amarra
Tiene escrito tu nombre
En el folclor que enciende mis mejillas
En la  piel negra
Que me recuerda
Un pedazo de patria
Soy emigrante
Mis orígenes me llaman
Mi tierra me espera
Me amarra
Estoy en lejanías
Y tal vez
Para siempre