sábado, 31 de marzo de 2012

Sonrisa de abedules

Uno tras otro
Los abedules sonríen
Gráciles y juguetones
A través de ellos
Miro pedazos de existencia
Camino en medio
De soldados de plomo
Me acusan de ser asesina
De la luna blanca
Que esconde negruras infinitas
Voy a Siberia
A darme azotes en el frío que quema
Los soldados de plomo
Con sus ojos perlados
Y voces de milicia verde
A media voz
A baja voz
Me acusan
Me tiran a un viejo vagón de posguerra
Los olvidos se hacen recuerdo
Se suceden uno a uno
Mientras el vagón llega a su destino
Los soldados de plomo
Resaltan en la soledad de la nieve
Y sólo el frío eterno y misterioso
Con severidad de soldado siberiano
Me declara culpable
De este deseo que se impone
Más allá de los abedules
Más allá de esta oceánica Siberia
Más allá de los verdugos