sábado, 25 de febrero de 2012

Liviandad

Vienes conmigo
Caminando conmigo vienes
Vienes desde siempre
En los abriles fríos
En las pequeñas ventiscas
En mi mortalidad de ser efímero
Me conoces
Desde los juegos con carros de madera
Desde los columpios colgando de un árbol
Desde las andadas nocturnas en el campo
Desde los furtivos besos en la platanera
Me sigues irremediablemente como los amores
Como si supieras
Que en el camino las cargas se sopesan
Que en las guerras se perece
Y también se levantan
Nuevas utopías
Nuevas guerras
Parece que conocieras mi greda
Sonríes
Como queriendo decirme
Puedes ir
Sin tantas angustias marcando tu paso
Sin tantos ensueños que al final serán vanos
Parece que supieras sombra mía
Que hay que ir livianos


Sombra

En movimiento permanente está la vida
En movimiento inmóvil las piedras
En movimiento
Las hojas y los frutos
En movimiento el viento con su queja
Hay movimiento en las cosas
Movimientos imperceptibles
Como una alegría
Que se guarda para los domingos
Como destino de luna llena 
Te sigo con pasos de sombra
Y como sombra en movimiento
Me aferro a tus días

Me abandono

Me abandono a ti
Sin preámbulos
Ni esperas
Me abandono
A tus muelles con olor a madera
Me abandono enteramente a tus ojos
A tu sexo
A tu voz que muerde entre risas
Crepúsculos en mi piel morena

viernes, 17 de febrero de 2012

Araucanía natal

Miró a través suyo
La opalina Chile
La Araucanía natal
Mi itinerario
Un poema de Neruda
Visionario de fuego
No se cansa de vivir
Aun después de muerto
Sigue viviendo
En lluvia y barro
En el inmenso mar de lodo
Que empantana las calles
De Araucanía
Sigue viviendo en el tiempo
En “Los veinte poemas de amor
Y una canción desesperada”
En “Los versos del capitán”
En “confieso que he vivido”…
Y es así como su poesía infatigable
Inunda de” hilos de lluvia las calles”
Lluvia inolvidable
Que susurra
Música y tempestades en su poesía

La guerra

¿Existe la guerra?
Preguntaste
Y hubo fuego
Y trinceras en mis ojos
Odios pactados
Con el enemigo
Odios eternos
Y fuegos en mis ojos

domingo, 5 de febrero de 2012

Amores

Le apuesto
A los amores que me ofreces
Aunque la muerte
Devore con su beso
Le apuesto
Al azul encendido de tu cielo
Y a los largos viajes en silencio
Al amor errante de tus lunas
A tus pies de arena en mi desierto
Apuesto
Estos huesos
Esta piel
Que en noches áureas
Tropiezan con tu anhelo

Vitalino

Desde el asombro
Mis ojos contemplan
En su figura fornida
Lo memorioso
De los años de infancia
Vitalino
Con sus harapos
Y sus ojos infinitos
Como un vasto mar sin playas
Tiende la mano
Y un plato de alverjas
Otra mano extiende
Con premura
Un perro un gato
Le visitan
Maullan o ladran
O miran fijamente
Él los mira
Y en su silencio habla

Va en contravía
Libre de ataduras
Que laceran las alas en su vuelo
Desde el asombro mis ojos
Tienen prisa
Por seguirlo en sus andares
De mendigo que no tiene puertos
Que lo amarren

Vejeces

En las hazañas fecundo
En la labranza fiero
Partió en dos su agonía
Para cincelar los sueños

Era como una gaviota
Que levantaba vuelo
Y al cuerpo frágil volvía
Lleno de largos silencios

Trepó la cumbre más alta
Construida con desvelo
Y declinó lentamente
En su furor guerrero

Con las manos de greda
Saldó la vida y el precio
Para dormirse en la bruma
De un candoroso encuentro

Dijo cuanto nos amaba
Con los ojos risueños
Y con la voz hecha gesta
Nos musitaba su anhelo

Mi padre fue un transeúnte
Que camino derecho
Haciendo camino se hizo
Por las calles de mi pueblo