Se crispan mis dedos
Y este almácigo de barro
De tierra negra
De polvo amargo
De gritos engrillados
Y quimeras desandadas
Se levanta
Con los rostros
De los que me siguen
Con el sudor
De los que mueren
Sin nacer
Y los que viviendo
Lo hacen como muertos
Con todos ellos
Vengo a pronunciarme
A maldecir
Por la anónima existencia
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